En consonancia con casi todos los temas de interés, la senadora apoya a los concejales de su espacio político.
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En la misma línea que el Proyecto de Resolución presentado el viernes por los Concejales de “Olavarría para la Victoria” para pedir el pronto tratamiento de la Ley de Danza en el Congreso de la Nación, la Senadora Provincial Carolina Szelagowski presentó hoy un proyecto de Declaración en el Senado de la Provincia.
Concretamente el proyecto de Declaración indica que el Senado de la Provincia de Buenos Aires: “Que vería con agrado que el Honorable Congreso de la Nación de pronto tratamiento al proyecto de Ley Nacional de Danza, impulsado y promovido por el “Movimiento por una Ley de la Danza Argentina”.
A la hora de fundamentar el proyecto Szelagowski sostuvo: “que el presente proyecto de declaración acompaña lo realizado por el Movimiento por una Ley de la Danza Argentina; y solicita al Congreso Nacional el pronto tratamiento del proyecto. Dicho movimiento ha logrado el acompañamiento de: Honorable Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Honorable Legislatura de Tucumán, Honorable Concejo Deliberante de Avellaneda (Bs. As.), Honorable Concejo Deliberante de Olavarría (Bs As), Honorable Concejo Deliberante de Ensenada (Bs. As.), Honorable Concejo Deliberante de Pilar (Bs. As.), Honorable Concejo Deliberante de Oberá (Misiones), Honorable Concejo Deliberante de Firmat (Sta. Fe), Secretaría de Cultura. Ministerio de Cultura y Turismo de Salta (Prov.)”
El proyecto de Ley presentado por la comunidad de la Danza establece fundamentalmente y en primer lugar, el reconocimiento por parte del Estado del valor de la danza en nuestra sociedad, el reconocimiento de la danza como actividad, y el reconocimiento de los artífices de la danza (bailarines, coreógrafos, maestros, etc.) como trabajadores, es decir, como sujetos de derecho.
Dicho proyecto de Ley fue presentado por primera vez en la Cámara de Diputados el 3 de septiembre de 2012, bajo N° de Expte. P 116/2012. Luego de perder estado parlamentario, fue presentado nuevamente el 29 de abril de 2014, Día internacional de la Danza, en el Senado de la Nación (N° de Expte. P 9/2014). La presentación fue realizada por la comunidad de la danza, con la firma de las tres redactoras del proyecto de ley: Mariela Ruggeri, Eugenia Schvartzman y María Noel Sbodio, y acompañado por más de 10.000 firmas de adherentes de todo el país. El ingreso del proyecto al Parlamento fue acompañado además por un multitudinario acto en la Plaza de los Dos Congresos, y por eventos en apoyo que se replicaron en más de sesenta localidades de todo el país. Legisladores de todo el arco político se comprometieron públicamente a acompañarlo y, posteriormente, lo hicieron suyo, oficializándose una nueva presentación; esta vez a cargo ya de miembros del Senado (Expte. S 1436/14). Al no haber finalizado el trámite parlamentario y perdiendo caducidad; la comunidad de la Danza insiste nuevamente en este año 2016 con la presentación del proyecto, reafirmando la urgencia y necesidad de que el mismo sea sancionado.
Sin dudas, la cultura constituye el pilar identitario que nos conforma como sociedad, hace que nos asumamos como nación, y al mismo tiempo nos atraviesa y nos relaciona con la historia, con el presente y con el futuro en un constante dinamismo. En esa historia siempre aparece la danza como expresión de las culturas y como característica distintiva de los pueblos. Así, cuando hablamos de los pueblos más antiguos, podemos comprender sus costumbres y entender sus mitos cosmogónicos y teogónicos a través del ritual de la danza. Este arte ha tenido y tiene diversos significados como práctica y recorre la experiencia de la multiculturalidad a lo largo de la historia. Es una expresión ancestral que ha ido complejizándose a través del tiempo hasta convertirse en una de las artes escénicas más importantes.
La danza, en este sentido, ha logrado, por un lado, mantenerse activa como elemento de socialización a través de diferentes expresiones que hacen a la vida cotidiana como fiestas, celebraciones, bailes tradicionales, bailes sociales; y por otro lado, como disciplina artística que supone instrucción y estudio -en general desde muy temprana edad- hasta llegar a su grado máximo en tanto profesionalización de la actividad; contando con innumerables estilos, técnicas, tendencias; forma parte –tal como otras artes- de la construcción simbólica identitaria que hace a la noción de cultura, en su sentido más amplio.
A diferencia de los derechos civiles y políticos, donde se reclama que el Estado no intervenga sino ante su violación, en el caso de los derechos económicos, sociales y culturales se entiende que estos no pueden ser alcanzados ni garantizados sino mediante políticas y prácticas activas que aseguren su implementación. De aquí que ya desde mediados del siglo XX las políticas culturales no son una opción, sino una obligación del Estado para con la ciudadanía. Si acordamos en que el Estado debe avanzar en materia cultural, es menester señalar que existen aún diversas áreas carentes de legislación. La danza es una de ellas, ya que a pesar de su trascendencia y desarrollo actual, carece de legislación, políticas o programas que la contengan y garanticen su crecimiento y sustentabilidad.
El senador provincial logró que el Senado bonaerense organice una jornada sobre salud en la que expondrá el periodista deportivo.