Tkacik gobierna con privilegios para los sectores económicos más poderosos

El bloque del Frente para la Victoria de Henderson castiga al intendente tras la votación del Cierre del Ejercicio 2014.

"El 2014 ha sido un año en el que la municipalidad de Hipólito Yrigoyen no ejecutó grandes obras"

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El Honorable Concejo Deliberante de Hipólito Yrigoyen trató, el último miércoles, la rendición de cuentas del ejercicio 2014. Además de ocultar información, el manifiesto tkacikista volvió a dejar en claro que gobierna para los sectores más poderosos de los agronegocios, invirtiendo sólo 90 pesos por día para el desarrollo industrial y comercial. Asimismo, el intendente beneficia a un grupo muy reducido de empleados municipales con hasta 4 aumentos al año, en desmedro del resto de la masa de trabajadores. El 72 por ciento de los recursos municipales provinieron de provincia y Nación, en un año que careció de grandes obras por falta de gestión e iniciativa.

¿Qué se hace con ese dinero? ¿Se lo invierte en mejoras estructurales? ¿Se lo invierte para incentivar a los pequeños y medianos emprendedores? ¿Se lo invierte para desarrollar producción frutihortícola apoyando a los agricultores familiares? ¿Se lo invierte en mejoras en los edificios educativos públicos? ¿Se lo invierte para mejorar la salud y la calidad de la comunidad? ¿Se lo destina a recomponer la delicada situación de los empleados y jubilados  municipales? Muy poco o casi nada de eso.

En una muy deslucida defensa de la gestión de Tkacik, los concejales oficialistas repitieron el discurso que el intendente dio el 1 de abril en la apertura del período de sesiones e intentaron que corriera el tiempo hasta que transcurriera el horario de televisación para que los vecinos no pudieran seguir el debate.

El análisis de la rendición de cuentas se vio teñido por la negativa de Tkacik en permitir el ingreso al sistema RAFAM a todos los concejales y con ello impedir, nada más y nada menos, el análisis de datos disponibles en los subsistemas de Presupuesto, Tesorería, Crédito, Contrataciones, Bienes, Inversión, Personal, Ingresos, Estadística

El aparato de prensa del gobierno municipal se empecina permanentemente en presentar cada acto de gobierno como “un esfuerzo de la gestión de Tkacik”, pero los números de la rendición evidencian que de cada 100 pesos que utiliza, 72 provienen de aportes de los gobiernos de la provincia y la Nación.

El 2014 ha sido un año en el que la municipalidad de Hipólito Yrigoyen no ejecutó grandes obras, como consecuencia de la falta de planificación y gestión que caracteriza a un gobierno desgastado y con poca iniciativa. Los vecinos deben conformarse con señalizaciones viales y rotondas realizadas durante el 2013, que han sido hermoseadas, y escasos aportes realizados a las escuelas tras reiterados reclamos de la comunidad educativa para que destine los millonarios recursos del Fondo Educativo a lo que debe destinarlo: infraestructura escolar.

Programas del gobierno nacional como el PROCREAR, han permitido que más de 150 familias del distrito puedan construir, refaccionar o ampliar sus viviendas. La fuerte inyección crediticia de este programa, sostuvo y generó muchas fuentes laborales en el rubro de la construcción y los servicios. Sumado a ello, la presencia del Estado Nacional a través de las Asignaciones Universales, la gran cantidad de nuevas jubilaciones, la Tarjeta Argenta y la cobertura de PAMI, han permitido el sostén del consumo en el distrito.

Una vez más, como una constante de los 20 años de Tkacik como intendente, el aporte al desarrollo industrial fue de 90 pesos diarios, de lo cual tres cuartas partes correspondió a sueldos. Por ello, sigue siendo nulo el apoyo a las microempresas, ingenios, fábricas y comercios que pueden enriquecer a la comunidad mediante la generación de nuevas ofertas y empleos directos.

Eso no es casualidad, debido a que Tkacik sostiene un esquema en el que cada vez condena a más vecinos a tener como única fuente de empleo a la Municipalidad, con salarios que en su mayoría rondan los 3.000 pesos, contratos con bajísimas remuneraciones, que luego son subsidiados a través de innumerables subsidios de Bienestar Social, para ampliar la dependencia. Pero en desmedro de ello, un grupo muy reducido de empleados jerárquicos recibió hasta 4 aumentos anuales por decreto, superando varias veces los ingresos de sus compañeros.

Esto, además de generar una permanente emigración de jóvenes en búsqueda de oportunidades, hace que quien quede afuera deba ir a trabajar por limosnas a grandes explotaciones rurales pertenecientes a sectores concentrados de los agronegocios con reconocida amistad con el intendente. O en su defecto a prestaciones de servicios a cambio de remuneraciones magras.

La falta de oportunidades a los pequeños y medianos empresarios, se evidencia en declaraciones de Tkacik a la Revista Polígonos de la ciudad de Dorrego, el 13 de enero de 2012: “no creemos en la radicación de las grandes empresas de 150 o 200 empleados, creemos que la pequeña y la micro es la que hay que desarrollar y es la que va a dar la mano de obra y va a sacar adelante a muchas ciudades del interior”. Los insignificantes recursos que destinó al desarrollo de pequeñas empresas, dejó demostrado que no cree en las grandes, en las medianas, ni fomenta las pequeñas.

Ya no quedan rastros del horno de ladrillos, de la bloquera municipal, de la actividad de la hormigonera, y el ex frigorífico municipal que fuera perdido tras lamentables maniobras de este gobierno municipal aparece en un expediente inventariado como edificio municipal, como muestra de otra enorme desprolijidad. Para colmo, hace años que Herrera Vegas fue despojado de un galpón donde hoy podría funcionar un emprendimiento productivo avícola, pero fue plantado en el predio de la Rural, como depósito de semillas y maquinarias de sectores que tienen recursos para construir sus propias instalaciones.

La seguridad en el distrito, sobre la que tanta propaganda se ha hecho y ha recibido cuantiosa inversión en compra de decenas de cámaras de seguridad, debe ser más que una mera exhibición estadística de delitos y conflictos, y el gobierno municipal del intendente Tkacik debe empezar a pensar, de una vez por todas, que también debe haber seguridad laboral, seguridad sanitaria y seguridad educativa.