Cellillo quiere acabar con el mito de que los Sivero deciden quién gana y quién pierde las elecciones en Alvear.
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La estadía de Alejandro Cellillo en el municipio de General Alvear se pone en juego este domingo, cuando tenga que enfrentar el desafío más grande desde que llegó al poder en 2011. Electoralmente el intendente sólo ganó aquella elección, ya que las legislativas de 2013 se las llevó el Frente para la Victoria y las primarias de agosto también vieron triunfadores a los peronistas.
Pero Cellillo sabe que el peronismo no está todo unido, y por eso llegó a la Municipalidad hace 4 años. Claro que en aquella ocasión era el siverismo el que no quería que Gustavo Marcos reeligiera, y hoy es el mismo siverismo el que quiere que Alfredo Sivero sea intendente, pequeña diferencia de contexto.
Alvear no ha tenido gestiones municipales descollantes, pese a que se han bajado a la ciudad obras de la envergadura de una unidad penitenciaria que hizo que la ciudadanía dejara de depender del campo para contar con un ingreso estatal fijo. La fábrica sin chimeneas, como se denomina a las cárceles, han sido la salvación de varios pueblos desde lo económico y laboral, y Alvear no fue la excepción.
El siverismo, con Gaudencio Fernández en el municipio, logró en aquel momento instalarla. Cellillo, ahora, hizo obras de diversos tamaños,demostrando que pese a no pertenecer al color político de Provincia y Nación igual se puede gestionar.
Los Sivero desde 1987 a la fecha han decidido quién gana y quién pierde las elecciones en Alvear. Cellillo este domingo quiere terminar con ese mito, justamente teniendo a Alfredito, el menor de la dinastía, en la carrera por el municipio.
El intendente estuvo en los Ministerios de Infraestructura, Desarrollo Agrario y Gobierno.