El interinato de Pisano fue tormentoso, con el reclamo de los enfermeros y los pedidos de audiencia por el aumento de tasas. Ahora vuelve a manejar Bucca.
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Lo malo de las vacaciones es que un día se terminan. Y la licencia anual que tomó el intendente Eduardo "Bali" Bucca por 30 días, llegó a su fin. En el medio estuvo el interinato de Marcos Pisano con algunos frentes de tormenta como las consecuencias del aumento de las tasas, de la nueva tasa de Seguridad Rural y la doble imposición a la Tasa de Seguridad e Higiene con los Ingresos Brutos como punto de referencia.
Bali volvió ayer con todo, tal su estilo. Se lo vio por la ciudad visitando algunos vecinos, estuvo en un comercio de la calle Ignacio Rivas acompañado por Marcos Pisano y Marcos Beorlegui y también ingresó a la casa de una vecina para charlas sobre distintos temas.
Lógicamente que no todas serán pálidas, que habrá gente que banca las acciones de Bucca, incluidas la suba de tasas, por algo quebró la barrera del 50% de los votos en octubre pasado para conseguir esta reelección que recién está comenzando a desandar camino al 2019.
Volvió Bali Bucca, con el problema de los enfermeros a medio resolver, que seguramente tendrá que abocarse para ponerle el moño a un acuerdo definitivo con el tema de las horas extras. Y con varios pedidos de reuniones de instituciones y círculos profesionales para rever la doble imposición en la tasa de Seguridad e Higiene.
Es de imaginar que habrá tenido unas vacaciones reparadoras, las va a necesitar, porque se viene un año interesante, no electoral, es cierto; pero nada en la vida de Bali Bucca se vive en primera o segunda velocidad, va siempre en quinta y a fondo, y así recomenzó ayer.
El intendente y el senador provincial estuvieron acompañados por autoriades de salud y del Hospital Capredoni.