Fue tres veces concejal en períodos no consecutivos (1983-1987, 1993-1997 y 1999-2003).
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Es un día triste, muy triste. Se ha ido un emblema del peronismo local, de los pocos que van quedando, de aquellos que contaban la historia por haberla vivido en carne propia, no porque se la contaron. Gladys Isabel Martín de Gentile, o directamente Gladys Gentile, se fue hoy, a sus ochenta y tantos.
Para muchos Gladys era bolivarense, pero en realidad la ciudad la adoptó y ella adoptó a la ciudad a la que llegó de muy joven desde su Tres Arroyos natal. Hija de un molinero, llegó a Bolívar de pequeña, previo paso por Tandil, y se afincó aquí para siempre.
Su padre era molinero pero a su vez gremialista, y eso lo llevó a que lo trasladaran varias veces, según recordó Gladys con Hablemos de Política hace algunos años. Ella mamó el peronismo desde sus orígenes; aunque reconoció que era una simpatizante y afiliada, hasta que el 1° de julio de 1952 cuando ingresó a trabajar en el municipio y comenzó a militar.
A los pocos días falleció Eva Duarte y Gladys fue una de las mujeres designadas para ir desde Bolívar al funeral, junto a Lidia Marcovechio. "Estuve parada al lado del cajón un buen rato, son cosas que no me olvidaré mientras viva", recordó en aquella entrevista con HdP.
Fue víctima de la Revolución Libertadora, como todos los peronistas de aquel entonces. "Tuvimos el avasallamiento de los militares, tuvimos que trabajar largo tiempo con las ´armas al hombro´. Yo trabajaba en tesorería como ayudante de Miguel Osovi".
Participó de las reuniones en casa de Orfelio Andrade o en le clínica del Dr. Anteo Gasparri durante la proscripción del peronismo. "En el Bar Suñol también se hacían reuniones, lo atendían los Ron, que eran muy peronistas", recordó.
Gladys recordó que su militancia en años del peronismo proscripto (campaña de 1962) la compartió con “una gran amiga”, Irma Sánchez de Lanzoni, “esa sí que fue una militante, me acompañó en todo momento”, contó en su momento, y recordó que “escribíamos con tiza el ´vote en blanco´”.
No participó en la campaña de 1973 porque tenía los hijos chicos. “Tantos años de proscripción hicieron que me dedicara a la familia”.
De 1983 rememoró que “queríamos el recambio generacional, y se sumaron varios jóvenes; pero se afiliaron sobre el cierre de las afiliaciones. La lista se armó en casa de otra gran compañera, Nilda Perruelo. La gente mayor del partido estaba reacia a que se integrara tanta juventud”.
En 1983 se convirtió en la primera concejal del peronismo en Bolívar. “Ese es un orgullo que tengo”, se la escuchó decir a quien hizo mucho por la “Rama femenina” en aquellos años. La creación de la Cooperadora del Hospital Capredoni fue un proyecto de su autoría en aquel período.
En 1987 dejó la banca “pero no fui una concejal que se fue a su casa, seguí trabajando por el partido, porque me encanta la política. Ibamos con Irma Sánchez de Lanzoni y abríamos el partido todos los días, y no lo cerrábamos hasta que no se iba el último compañero”.
Volvió al Concejo Deliberante en 1993, ya con Juan Carlos Reina en la Municipalidad, y hasta 1995 pudo tener dos años de concejal oficialista. “Nunca me gustaron las reelecciones de nada”, dijo sobre por qué tardó 6 años en volver al deliberativo. En este período se crea otra Cooperadora por un proyecto de su autoría: la de Casa Hogar.
Otra mujer con la que siempre se identificó y trabajó a la par fue con Mirta Linares, “la quiero mucho, es una persona que ha hecho mucho bien en Bolívar”, se la escuchó decir. En 1997 la propusieron para reelegir en una asamblea; pero Gladys escuchó que entre el público alguien dijo “hu, esta vieja otra vez”, y prefirió quedarse al margen. “Lo hablé con Isidoro Laso y di un paso al costado”, mencionó.
Su último período como concejal fue entre 1999 y 2003, ya entrado el nuevo milenio. “Me volvieron a proponer, y me dijeron que esta vez no fuera a renunciar, y acepté”. Después del 2003 se alejó bastante de la política por cuestiones de salud: “El 19 de enero de 2004, a poco mes de haber dejado mi última concejalía, me estaba operando de cáncer de estómago en Olavarría”.
En una nota con Hablemos de Política nos dijo: “Tengo muchos defectos, no me sé callar y soy muy rencorosa”, lo cual seguramente le habrá hecho ganar más de un enemigo.
Fue de las pocas que abrazó la causa Carlos Saúl Menem cuando para muchos era mala palabra después de 1999, e incluso le hizo campaña al ex presidente.
Se fue una de las peronistas de Perón y Evita, se fue un símbolo del peronismo todo, en particular de la rama femenina; pero una mujer que se hizo un lugar entre los hombres en 1983 para llegar a ser la primera concejal del PJ local. Se fue otra integrante de aquel primer Concejo Deliberante de la nueva democracia, a debatir en otro plano con León Alzueta, Armando Miguel, Alberto Iroz (UCR), José “Pepino” Ferraro, Patricio Llano, Everardo Erviti e Ismael Chávez (PJ).
Gladys Isabel Martín de Gentile, la mujer hospitalaria que siempre recibía a todos en su casa pese a tener un cañón apostado al lado de la puerta (“Símbolo de la Cañolera Paraguaya, que estuvo en el Bar Suñol y después mi marido lo trajo para casa”). Tiene en el Concejo Deliberante otro récord: es la primera mujer en ocupar una banca por tres períodos desde 1983 a la fecha, ninguno de manera consecutiva.
Habría muchas más cosas para decir de Gladys, así, simplemente Gladys. Nos quedamos con sus charlas, sus palabras. Se fue una gran militante, una gran política, de esas que ya no quedan. QEPD.
El intendente y el senador provincial estuvieron acompañados por autoriades de salud y del Hospital Capredoni.