La UCR tiene varios candidatos para muy pocos lugares

En 2019 no habilitaron más que una lista, y todo hace prever que ocurrirá lo mismo en 2023.

2015 fue la última vez que hubo dos listas rojas: Criado y Sardiña.

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La Unión Cívica Radical de Bolívar se va a encontrar de cara al 2023 con un cuello de botella, un embudo, similar al que tuvo que afrontar en 2019. Es que si no hay grandes cambios en el pensamiento de los dirigentes nacionales y provinciales, no se habilitará más que una lista para que los candidatos puedan competir, lo cual no va en sintonía con la democracia interna que viven pregonando; pero a esta altura ya nada es de sorprender.

Desde que existen las Primarias (2011), en las elecciones Ejecutivas (2011, 2015 y 2019), sólo en 2015 apareció más de una lista dentro de la UCR. En aquella ocasión compitieron por el sello rojo el contador Ricardo Criado, a la postre el ganador, y el veterinario Adalberto Sardiña, tercero en aquella PASO detrás de Sandra Santos, que compitió dentro del espacio Cambiemos por el Pro.

En 2011 no hubo oposición interna a José Gabriel Erreca (que no pudo mantener el municipio), y en 2019 no hubo habilitación de listas que confrontaran con la que encabezó Juan Carlos Morán, pese a que hubo varias idas y vueltas e incluso Evolución Radical amagó con entrar pero desde arriba le cerraron las puertas.

2023 pista un escenario parecido. La conducción a nivel nacional y provincial de la Unión Cívica Radical apoya a todos aquellos que tengan conducción partidaria, es decir el comité, y menosprecia a los que están afuera. No importa cuántas ganas tengan de participar, ni los votos que puedan llegar a juntar, no se les da la chance y punto. Es historia repetida. Ojo, lo mismo pasa enfrente, con los muchachos de Todos, si no recordar lo que pasó en 2019 cuando Marcos Pisano fue reelecto, que no pasaron el filtro las listas de Ariel Ferreyra y Javier Rodríguez; pero hoy el foco está puesto en la UCR.

Y dentro de la UCR vuelve a haber candidatos para hacer dulce. Lo llamativo es que a sabiendas de lo que pasa luego, que los obligan a amontonarse todos en una misma lista, insisten, insisten e insisten. Hace poco más de un mes hizo una especie de lanzamiento en el Club El Fortín César Pacho, con claras intenciones de participar. Una vez más buscará que Evolución Radical le habilite lista, algo que no sucedió en 2019. Hace dos semanas Juan Carlos Morán organizó una cena en el comité de la Avenida San Martín y le levantaron la mano y lo empujaron a la candidatura, uno de ellos el ex intendente Alfredo Carretero (1983-1987).

Pacho y Morán ya caminan las calles de la ciudad, hay fotos que lo demuestran en redes sociales. Otro que parece arrancar en breve, y que ya estaría caminando pero sin tantas fotos es Nicolás Morán, quien formó grupo propio y también tiene intenciones. Y desde el errequismo se promociona por estos días a la concejal Emilia Palomino, que no camina tanto pero por la sencilla razón que de los cuatro mencionados es la única que tiene una banca segura en el Concejo Deliberante y desde allí se asegura una exposición mediática que los otros no tienen.

Es cierto que puede haber más candidatos, el tema es que viendo lo que ocurrió en 2019, y a sabiendas de los que ya andan a las vueltas, se animen a una quimera sabiendo casi seguro cuál va a ser el resultado: lista única, el que quiere se encolumna y el que no se queda afuera, busca la bendición del Pro o arma un partido vecinal como hizo Sandra Santos en 2021 (que por cierto Primero Bolívar fue dado de baja recientemente por la Junta Electoral bonaerense).

A poco más de un año de las primarias para definir quién será el candidato a intendente por la Unión Cívica Radical dentro de Juntos (donde también competirá el Pro), el panorama no es claro, no porque no haya candidatos, sino porque la conducción partidaria provincial, como lo ha hecho en los últimos años, no tiene muchas intenciones de abrir el juego para que todos participen. Una lástima; pero es algo que se repite insistentemente sin que nadie alce la voz.