Llegó a la política casi de casualidad y le bastaron 4 años para decirle adiós.
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Mario Oguiza tuvo un paso fugaz por la política. Tras la derrota de Alicia March a manos de Juan Carlos Simón en 1999 (primera reelección del abogado), el Partido Justicialista local dejó de estar en manos de Isidoro Laso y la presidencia le correspondió a José Bucca, quien llegó con ideas renovadoras y armó para la siguiente contienda electoral, en 2001, un novedoso sistema de grillas que lo tuvo contando votos toda la noche y anotándolos en un pizarrón.
Aquella grilla tuvo un poco del condimento de las tradicionales internas peronistas, rápidamente se armaron dos grupos y a la postre terminó venciendo el que había armado Isidoro Laso. La lista la encabezó la abogada María Inés Longobardi, seguida de Mario Oguiza, y los otros dos eran Oscar Ibáñez y la también fallecida Graciela Di Pompo.
Durante la campaña Adalberto Sardiña, que encabezaba la lista del simonismo, bromeaba con que con Oguiza se conocían de chicos, de la infancia, y Mario retribuía. A Oguiza lo habían ido a buscar para convencerlo el propio Laso junto a Zulma Albanese, de vasta trayectoria como consejera escolar y conocedora de los recovecos de las distintas instituciones educativas.
Mario era el director de la ex ENET. Había ganado popularidad por la organización con mucho éxito de la muestra ETIN, que se hacía a fines de cada año calendario, mostrando lo que se había hecho durante el transcurso del ciclo lectivo. Tenía de coequiper a Héctor Barcia, que luego también fuera concejal electo por el radicalismo (por el sector interno de Juan Carlos Morán).
Oguiza trasladó al Concejo Deliberante su tono bonachón, conciliador, trabajador, rara vez se enojaba, pocas veces polemizó, entendía que si el otro tenía razón, tenía razón, chicanas políticas al margen. Lamentablemente sólo duró un período en el HCD, le alcanzaron 4 años para darse cuenta que no era lo suyo y regresó full time a su escuela; aunque luego cobró un cargo jerárquico en educación que lo alejó un tiempo; pero le permitió gestionar cosas para su ENET.
Mario Oguiza es sinónimo de la ENET. Como Raúl "Cholo" De Benedet fue sinónimo del Colegio Nacional. Fue un tipo que marcó una época con su impronta, llegándole al alumno de una manera distinta, como lo recordó en redes sociales la promoción 1998 de la ENET. Oguiza fue un "gordo bueno", hay que decirlo. Como todos, habrá tenido aciertos y errores; pero es muy difícil encontrar en el ambiente estudiantil y del rubro docente gente que no lo quisiera, lo respetara y lo reconociera, y eso se lo ganó él con su don de buena gente.
Políticamente no se volvió a vincular de manera directa. Tenía un perfil más para el Consejo Escolar que para el Concejo Deliberante; pero fue un imán de votos que hizo que el justicialismo ganara las elecciones legislativas dos años después de haber perdido por una paliza histórica.
Se apagó la vida de Mario Oguiza, así de repente. No tenemos muchos datos de su deceso; pero sí de la repercusión del mismo, en el dolor de sus compañeros, de sus alumnos, de la comunidad toda. Queda una esposa y dos hijos ya mayores que podrán caminar tranquilos por la ciudad sabiéndose familia de un tipo muy querido, ícono de la educación del último cuarto de siglo y más también, y un político que "tocó y se fue", porque no era lo suyo; aunque en el ambiente quienes lo trataron también lo recuerdan como lo que fue, un tipo de bien, un buen tipo, un "gordo bueno". Hasta siempre Marito. QEPD.
El intendente y el senador provincial estuvieron acompañados por autoriades de salud y del Hospital Capredoni.