Nicola renunció a la presidencia del comité UCR

El médico dimitió de manera indeclinable hoy “por razones personales”. Su lugar lo ocupará el vice, Alberto Amado.

Una nota firmada junto a los concejales moranistas le valió críticas que lo llevaron a dar el portazo.

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Juntos por el Cambio Bolívar no se conforma con estar partido en tres bloques distintos dentro del Concejo Deliberante. Algunos movimientos que se realizaron en las últimas horas hicieron que el presidente del comité de la Unión Cívica Radical, Juan José Nicola, renunciara de manera indeclinable luego de que se le pidieran explicaciones por una nota que firmó junto al bloque de concejales que responden a Juan Carlos Morán.

Un poco de historia

Nicola llegó a la presidencia del comité radical en 2018. Eran tiempos de bonanza, el entonces Cambiemos venía de un triunfo arrollador contra el oficialismo municipal que hacía presagiar que podían recuperar el municipio. Pero también se entraba a las puertas de un año electoral en el que más de un dirigente pretendía ponerse el traje de candidato.

El médico pasó varios filtros. Si bien estaban los que decían que estaba más cercano a Morán por su apoyo a aquella candidatura en la interna de 1999, también estaban los que lo asociaban con Erreca por haber compartido bloque varios años dentro del Concejo Deliberante. La otra pata de esa mesa de tres, Ricardo Criado, no se oponía a que fuera el médico, ya que lo observaba bastante equidistante de todos.

Así fue que Nicola se transformó en el presidente del “consenso” de la Unión Cívica Radical, al margen de lo que se decía y de lo que también pensaban puertas adentro los dirigentes, porque si bien de la boca para afuera se distanciaban, en el interior todos pensaban que tenían a Nicola más cerca que las otras facciones.

Juan José debió soportar las negociaciones sin éxito de moranistas y errequistas, la famosa primaria con triunfo del ex hombre del RENAPER y después la dura derrota en las generales, la más abultada en la historia del radicalismo local de 1983 a la fecha. Después de ese estrés, Nicola prefirió recluirse en sus afectos, su Pirovano adoptivo, para descansar y pensar, y pidió licencia. Alberto Amado, hombre del grupo de José Gabriel Erreca, lo reemplazó en la presidencia.

La nota de la discordia

Días atrás el bloque de JUPROC que comanda Nicolás Morán envió una nota al intendente Marcos Pisano sugiriendo algunos puntos a tener en cuenta para administrar la cuarentena. La nota, además de la firma de los ediles, iba avalada por la presidenta de la Coalición Cívica, María Eugenia “Marichu” Goyechea, y la del presidente de la UCR, Juan José Nicola.

Cuando la nota tomó estado público a través de los medios de comunicación, estalló la bomba. Y empezaron los comentarios sobre la reaparición de Nicola y sobre ese apoyo en particular a una propuesta de uno de los bloques que el conglomerado de Juntos por el Cambio tiene en Bolívar partido en tres.

“Calentura”

Es lo que esgrimió Nicola tener para no hacer declaraciones. Y es entendible. El hombre siente que vino a poner lo mejor de sí en un momento álgido, en el que nadie quería poner la cabeza en la presidencia del comité, y se da cuenta que lo tironearon a lo Túpac Amaru, hasta casi forzarlo a dar el portazo.

También es cierto que pocos le deben haber preguntado los motivos por los que pidió licencia el año pasado y que sí fueron muchos los que le habrán recriminado su firma al pie de la nota a Pisano junto al moranismo.

Lo cierto es que Juan José Nicola se fue de la presidencia del comité mucho antes de lo previsto y seguramente de lo deseado. Hay que ir muchos años para atrás en el tiempo para encontrar un renuncia semejante a un cargo que dura dos años. Y encima tiene que renunciar a poco de terminar su mandato y en un año en el que lo político ha pasado a un plano más que minúsculo teniendo en cuenta la pandemia.

Se aleja de la actividad un buen hombre, quizás no hecho para estos avatares que tiene la política. Seguramente que no dejará de colaborar, desde el lugar que sea, con ese radicalismo que abrazó muy lejos de Pirovano y mucho antes de venir a radicarse a estas latitudes. Pero vio y sintió cosas que no le gustaron, y consideró que lo mejor era dar un paso al costado.